jueves, 24 de marzo de 2011

LAS MUJERES Y LA CERVEZA


Por: Javier Sánchez

         Resulta más que justo hablar de las mujeres y su papel dentro de la extensa historia de la cerveza. Sin ellas muchos de los estilos que conocemos actualmente no hubieran sido posibles.  Por lo menos en mi caso tengo la fortuna de compartir mi vida con una mujer que aprecia la cerveza tanto como yo y que frecuentemente me sorprende con sus apreciaciones sobre los sabores, aromas, colores y texturas que encontramos. Definitivamente nada como el paladar de una mujer para descubrir cosas nuevas.
Estatuilla egipcia de mujer hacendo cerveza
         Desde su invención hace 12 ó 13,000 años hasta la Edad Media la fabricación de la cerveza era tarea reservada para las mujeres. Recordemos que  durante milenios la cerveza era considerada primero que nada un alimento, de ahí que las mujeres siendo las principales responsables de la elaboración de los alimentos en el hogar, tenían a su cargo la tarea de fabricarla.  En la antigua Mesopotamia, parte de lo que ahora es Irak, las mujeres fabricantes de cerveza eran altamente apreciadas.  En Babilonia las mujeres productoras de cerveza eran sacerdotisas en los templos, esta práctica se siguió reflejando aun hasta la Edad Media donde las mujeres eran parte fundamental en la fabricación de cerveza en los monasterios de esa época.
         Desde hace miles de años la cerveza ha sido considerada un suplemento nutrimental importante para las mujeres en la etapa de lactancia. Aun en la actualidad esta práctica está vigente sobre todo en el norte de Europa, al grado de que existen grupos de mujeres dedicados a promover el consumo de Stouts y Porters con este fin, aunque no todos los médicos apoyen esto.
         En la antigua Finlandia tenían una muy particular visión del origen de la cerveza. La creación del mundo está contenido en un antiguo canto llamado “Kalevala”, sus poemas que datan de hasta 1000 años A.C. describen que tres mujeres, Osmotar, Kapo y Kalevatar,  preparaban un festín para una boda a la que querían llevar la mejor de las cervezas, sin embargo sus esfuerzos no fructificaban porque no podían obtener la espuma que coronara la bebida. Fue entonces que a Kelevatar se le ocurrió mezclar saliva de la boca de un oso con miel de abeja y con ella lograron la tan apreciada espuma, obteniendo así los finlandeses el regalo de su primer cerveza.
         Para los anglosajones de la época post romana la fabricación de cerveza era parte importante de la ceremonia matrimonial. Las mujeres de la familia de la novia elaboraban una cerveza especial para la ocasión. Aun hoy el término en inglés “Bridal” que significa “nupcial” en español, viene de la frase “Bridal Ale” o cerveza de boda.
         A medida que avanzaba la Edad Media, el papel de las mujeres en la fabricación de cerveza en los monasterios fue disminuyendo hasta que finalmente fueron exclusivamente hombres quienes se encargaron de su fabricación.
         La revolución industrial de mediados del siglo XIX vino a terminar en definitiva con el monopolio femenino en la fabricación casera de la cerveza. Al convertirse cada vez con mayor fuerza en una rentable industria, fueron los hombres quienes tomaron las riendas de este proceso de fabricación hasta convertirla un una “bebida para hombres”.
Las mujeres vienen fuerte
         Esta situación, no obstante, tiende a cambiar de nuevo con el resurgimiento de las cervecerías artesanales en todo el mundo. Cada vez son más las mujeres que han vuelto a la cocina para fabricar sus propias recetas sorprendiendo a muchos que las consideraban exógenas a esta práctica.  Es también importante resaltar que las mujeres constituyen estadísticamente uno de los grupos que presenta mayores índices de crecimiento en el consumo de la cerveza, así que, ojo, las mujeres vienen de nuevo…y vienen fuerte.      
¿Tu qué cerveza nueva probaste esta semana?  Explora, diviértete, piérdete en la diversidad. Busca más allá de la tienda de la esquina. Paz para todos.




jueves, 17 de marzo de 2011

LOS DIOSES DE LA CERVEZA


Por: Javier “Sunshine II” Sánchez

Ceres
Tomarse una buena cerveza es definitivamente una experiencia religiosa…lo que sea que eso signifique. Lo cierto es que tomarse esa cerveza en el lugar adecuado y con la compañía adecuada es algo memorable que guardamos por mucho tiempo e incluso por toda la vida.
No es de extrañar que la cerveza haya estado acompañada siempre de entes divinos que desde tiempos inmemoriales rondan siempre que alguien se toma una cerveza, o varias…sobre todo cuando se toman varias.
El origen de la palabra Cerveza, para no ir más lejos, está relacionado con la diosa griega Ceres. Responsable de todo lo que tiene que ver con la agricultura, las cosechas (evidentemente de los cereales) y la fecundidad. Ella fue quien enseñó a los hombres a cultivar la tierra, sembrar y recoger el trigo, todo esto según los señores griegos y su mitología.
Por otro lado, hace unos 6,000 años en la Mesopotamia (por donde ahora está Irak más o menos)  los Sumerios, una de las primeras civilizaciones documentadas de la historia y grandes bebedores de cerveza a la que llamaban Sikaru, escribieron el célebre himno o canto a la diosa Ninkasi. Este himno contiene ni más ni menos que la receta escrita más antigua conocida por la humanidad y es, adivinaron, la receta de su cerveza.  En uno de sus fragmentos podemos leer frases como "Se cuece pan, se deshace en migas, se prepara una mezcla con agua y se consigue una bebida que hace a la gente alegre, extrovertida y feliz".
En el antiguo Egipto también le daban duro a la cerveza siendo su bebida más popular. Su tipo Henquet dulce y ligera y su Sejepet Jenea eran consumidas tanto por nobles como por esclavos. La inventora de la cerveza fue Osiris, divinidad relacionada con los cereales y quien venció a la sanguinaria leona Semjet (enviada por Ra para castigar la rebelión de los hombres)  dándole a tomar una cerveza roja haciéndole creer que era sangre humana, ya borracha la leona, todo fue darle la última puntilla.
En la mitología nórdica existe Byggvir un elfo sirviente del dios Freyr se convirtió en el dios de la cerveza por ser el responsable de las cosechas de cebada. Es importante recordarles que los vikingos fueron grandes bebedores de cerveza, incluyendo al gran “Thor”, dios del trueno entre otras cosas.
Los Celtas tuvieron a Sucellos, dios de la agricultura, los bosques y las bebidas alcohólicas. Suele representarse como un hombre barbudo con un martillo largo o un barril de cerveza suspendido en una polea.
Ometochtli
Los Aztecas no hacían malos quesos o, en este caso, no hacían mala cerveza. Nuestros ancestros contaban con Ometochtli, dios de la bebida y de la embriaguez y representado por un conejo, de quien decían era una animal sin sentido común. HaH Había otros dioses como Petecartl (también dios del peyote y las medicinas) y Tequechmecauiani, dios que cuidaba a los borrachos de morir accidentalmente. Estos dioses eran multitask ya que  en su jurisdicción entraba el pulque, la cerveza, otras bebidas y hierbas.  Había también un dios para los “crudos” llamado Quatlapanqui y otro para los afortunados nacidos en “el día del conejo” según el calendario azteca, quienes tenían derecho a estar borrachos todos los días y estaban exentos de cualquier restricción sin importar su comportamiento público o privado. Este dios era llamado Tepoxtecatl.
Me faltaron muchos otros dioses, como los Finlandeses, los Incas, los Chinos, los Hindús, los Japoneses, pero esos se los dejo de tarea para que tengan algo qué hacer mientras se toman una cerveza ¿qué les parece? 
Y los dejo con un bello poema de Camilo José Cela que dice:
"El rayo de sol se hace cerveza
al llegar al corazón de la
caldera donde se cuece, y la
cerveza siembra la poesía en
los corazones cuando pasa a la
sangre cayendo por la
garganta abajo"
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Comentarios: javier@elsume.com

jueves, 10 de marzo de 2011

PRIMER BAJA BEER FEST


Por: Javier “Sunshine II” Sánchez

La cosa pinta de maravilla: gente amigable, sol, mar y mucha buena cerveza. Por supuesto estoy hablando del Baja Beer Fest 2011 que se efectuará el próximo 19 de marzo en el ex hotel Riviera en la hermosa ciudad de Ensenada.
En diferentes ocasiones en este mismo espacio he manifestado mi desencanto por los Cheve Fest que organiza la CANIRAC en la ciudad de Mexicali, eventos que están secuestrados por Cuauhtémoc Moctezuma y que lo único que hacen es abrir una cantinota igual a las muchas que ya existen pero en un parque público y donde finalmente ninguno de los asistentes encuentra absolutamente nada nuevo sobre cerveza. Es una lástima pero, insistiré siempre, la culpa la tenemos los mexicalenses por no tener la capacidad de exigir mejores cosas.
Ensenada siempre ha sido un lugar de nuevas propuestas en muchos campos como la investigación científica, la gastronomía, el turismo, las artes y, por supuesto y de manera sobresaliente, en todo lo relacionado con el vino. Y como ya le agarraron el modo, ahora nos ponen el ejemplo en el aspecto cervecero.
Desde unos pocos años me llegaban noticias del interés que la cerveza estaba generando entre los ensenadenses. Me hablaban de pequeños home brewers que incluso estaban colocando ya su producto en algunos restaurantes de la localidad. Después tuve la oportunidad de probar algunas de esas cervezas a través de distribuidores que empiezan a traerla a Mexicali y de repente, zas, me invitan al Primer Baja Fest en donde participarán un nutrido grupo de entusiastas productores caseros que se organizaron para dar a conocer sus propuestas a quienes gusten darse una vueltecita.
Los participantes son más cada vez que me meto a su página web (www.hbe.mx), eso habla del gran interés que está generando el evento. La última vez que me metí encontré a la cerveza Minas, Cannería, El Sauzal, Crazy Bitch, Peninsular, Agua Mala, Agua Caliente, Panic, Medio Perro, Ruda, Rámuri, Old Mission, Bosiger, Bier Lab, Costa Azul, Vicario, Zona Norte, Puerto Viejo, Virgilio, Ave Fénix, y Cervecería Ensenada. Me imagino que en futuras ediciones se integrarán los productores artesanales de Mexicali y Tijuana como Cerveza Cucapá y Cerveza Tijuana, sería todo un logro que así sucediera.
Como parte del apoyo de la comunidad hacia el evento, les comento que varios hoteles estarán ofreciendo tarifas especiales a los visitantes, solamente diciendo que están ahí por el evento.
En el Baja Beer Fest tendremos la oportunidad de platicar directamente con los fabricantes, conocer su producto de primera mano e intercambiar opiniones sobre lo que estaremos tomando. Esto resulta fabuloso porque compartirán con nosotros su entusiasmo y motivación a entrarle a actuar en este mundo de la cerveza tan extenso y tan complejo. En verdad promete ser un evento importante en la historia de la cerveza en Baja California. No pueden perdérselo.
Felicito Sinceramente a los organizadores Paco Talamantes, presidente de esta organización, a Carlos Castillo, Héctor Ferreira y Roberto Tucker quienes le están metiendo todos los kilos a la fabricación y promoción de la cerveza artesanal. Espero poder saludarlos a todos el próximo sábado 19 de marzo.
Si quieres comprar boletos para asistir al Baja Beer Fest 2011, llama en Mexicali al 554 7080, ahí los encontrarás.
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viernes, 4 de marzo de 2011

LA HERENCIA DE MAXIMILIANO


Por: Javier “Sunshine II” Sánchez

Ferdinand Maximilian Josef von Habsburg-Lothringen
En la primaria nos enseñaron que allá a mediados del siglo XIX llegó a México un señor rubio, barbado, alto, delgado, siempre con una capa y una esposa que terminó tan loca que  hasta una canción le compusimos para burlarnos de ella. Este Noble austriaco que renunció al título de Príncipe de Hungría  y Archiduque de Austria para venirse en 1863 a gobernar nuestro país en calidad de Emperador, lo único que logró fue que lo fusilaran en el cerro de las campanas apenas unos cuatro años más tarde. Triste su historia.
Maximiliano llegó a México con sendos séquitos de colaboradores y un bagaje cultural eminentemente europeo del que le era imposible desprenderse. Como es natural el flamante emperador no dejó atrás sus gustos por la comida y por la bebida a la que estaba acostumbrado, fue así que entre su equipaje venía algún ayudante que sabía preparar la cerveza que a él le gustaba: la Lager estilo Viena.
Desde entonces y hasta la fecha los mexicanos hemos disfrutado de este estilo de cerveza sin siquiera echarnos una a la memoria del güerito con capa. Pero...¿y qué es una cerveza Lager estilo Viena? ¿y cuáles son las marcas mexicanas que la fabrican. Vámonos despacito para no hacernos bola.
A principios del siglo XIX nace en un pueblito llamado Klein-Schwechat, cerquita de Viena, un niño al que le pusieron Anton Dreher. Fue hijo de un empresario cervecero del que heredó el gusto  y por supuesto la cervecería. Por fortuna para nosotros este señor no solamente continuó la labor de su padre sino que su inquietud y pasión por su trabajo  lo llevó a inventar un estilo nuevo que combinaba la brillantez de una cerveza lager con tintes de las Ales inglesas. A esta cerveza se le llamó Schwechater Lagerbier, después le llamaron Viena Typ y, finalmente Vienna Style Beer o Viena Style Lager.
Anton Dreher
Esta cerveza de fermentación baja era cuidadosamente fermentada hasta producir una mezcla de color rojo cobrizo con tintes cafés. Es importante anotar que además del talento del Sr. Dreher hubo tres elementos fundamentales que propiciaron la creación de esta cerveza: el agua del río Danubio con toda su carga de minerales, la malta de los granos de la región vienesa y el clima frío que permitía almacenarla hasta alcanzar la madurez necesaria.
El negocio fue tan bien que para la llegada del siglo XX Schwechat Brewery era la mayor fábrica en toda Europa y sus cervezas habían ganado todos los premios y condecoraciones posibles.

Esta cerveza es la que Ferdinand Maximilian Josef von Habsburg-Lothringen, Maximiliano para los amigos, trajo a México con la ingenua esperanza de algún día echarse unas cuantas con sus súbditos debajo de un ahuehuete acompañados de un mole negro testo de ajonjolí. Qué vida tan ingrata. Sin embargo con todo y lo mal que nos hablaron del consorte de la señora Marie Charlotte Amélie Augustine Victoire Clémentine Léopoldine de Saxe-Coburg o Carlota como le decimos en la casa, seguimos de alguna manera invocándolo cada que abrimos una cerveza Bohemia Obscura, una Dos XX, una Victoria o una Minerva obscura, todas ellas dignas representantes de este aristocrático estilo de cerveza.
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