Por: Sunshine II
Dicen que el tamaño es importante….yo creo que definitivamente sí lo es. Por lo menos en el caso de la fabricación de cerveza el tamaño de la planta que la elabora afecta directamente el resultado final. Entre el “home brewer” que en su patio trasero cuenta con todos los chunches necesarios para procesar algunos galones del preciado líquido, hasta las mega fábricas que envasan millones de litros diarios hay un mundo de diferencia, aunque ambos esencialmente están produciendo lo mismo: cerveza.
Originalmente lo único que existía en esta tierra eran productores domésticos. Recordemos que en el neolítico la cerveza era producida por las mujeres en sus casas como alimento para sus hijos y para el marido que regresaba exhausto de darse de catorrazos con los de la tribu de al lado. Los egipcios tuvieron los primeros visos de “outsourcing chelero” al fabricarla ya no sólo para uso dentro del hogar, sino para otros que no tenían tiempo de fabricarla. Sin embargo en la edad media es cuando verdaderamente se descubrió el potencial comercial de esta industria, esto sucedió en los monasterios y abadías cuando vieron que mediante la venta de cerveza en sus propios establecimientos podían obtener recursos económicos suficientes para solventar sus gastos de operación. La cerveza ya no era solamente un producto para el consumo de los miembros la cofradía, sino que se convirtió en su fuente de ingresos.
Las fábricas –no obstante lo anterior- seguían siendo pequeñas y localizadas. No había “redes” de monasterios que distribuyeran lo que uno de ellos fabricaba, sino que cada uno hacía lo suyo. Bueno, pues esto es más o menos lo que actualmente conocemos como brewpub. Esta “nueva” generación de fminifabricantes producen la suficiente cantidad de cerveza como para suministrar a un bar, a un pub o a un restaurante. En litros esto significa que fabrican entre 1,000 y 6,000 hectolitros anuales aproximadamente. Manejan sus propias recetas y las guardan celosamente. Es muy común que las cervezas que estos recintos fabrican no mantengan exactamente el mismo sabor que la edición anterior, ya que como toda fabricación artesanal las variaciones se dan con facilidad. En eso radica gran parte de su belleza. De la misma manera, la creatividad aflora frecuentemente ya que en estos procesos el maestro cervecero puede “jugar” con sus fórmulas sin grandes consecuencias y sí con muchas probabilidades de descubrir nuevos sabores y olores. La gran mayoría de estos lugares te ofrecen su producto sin filtrar, lo que le dá un sabor verdaderamente fresco y aromático.
En lo referente a brewpubs, los europeos, nos llevan muchísima ventaja, principalmente los alemanes, los belgas y los checos, que tienen en cada esquina un pub atestado de parroquianos. Solamente en el año 2008 se crearon más de 200 fabriquitas.
En la década pasada en Estados Unidos empezó una movimiento muy importante en este sentido, sobre todo en la cosa oeste donde es fácil encontrar en las principales ciudades brewpubs independientes. San Diego es uno de esos lugares. Sin embargo hace poco leía un artículo de la gran cantidad de brewpubs que se han abierto en países como Argentina, lo que me hace pensar que esto va para largo.
Es espacio para seguir escribiendo se termina, pero no así las posibilidades de seguir descubriendo cosas nuevas sobre la cerveza. Como siempre, les reitero que exploren más allá de la tienda de la esquina. Descubrirán cosas sorprendentes y sobre todo expandirán sus posibilidades de generarse placer.
Sunshine II, comunicólogo, publicista, rockero y amante de la cerveza. ¿Algún comentario? Escríbele a javier@doblearticulacion.com o visita el Blog www.chevestuff.blogspot.com
martes, 8 de diciembre de 2009
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MUY INTERESANTE , GRACIAS POR EL APORTE. SALUDOS DESDE ECUADOR
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