Por: Javier “Sunshine II” Sánchez
Yo no sé nada de cocina, quiero que quede claro. Mi mujer es la experta. A mi se me aguadea hasta el Corn Flakes. Sin embargo me gusta mucho comer y eso me da la autoridad suficiente para tocar el tema. Para mi unos buenos tacos de carne asada con una buena cerveza Pilsen constituyen todo un banquete.
Debo aclararle que tampoco pretendo hablar del maridaje entre la comida y la cerveza, sino de la cerveza dentro de la comida, es decir como ingrediente.
Este asunto tiene sus orígenes miles de años atrás cuando la cerveza era utilizada como el líquido principal para cocinar ya que resultaba más seguro que el agua misma, gracias a su proceso de Pasteurización –que evidentemente no se llamaba así, por la sencilla razón de que Luis Pasteur aun no había nacido – necesario para fabricar cerveza. La cerveza era considerada por los antiguos sumerios como una alimento por sí mismo. Los egipcios creían que Osiris, la diosa de la agricultura, había enseñado a los humanos a fabricar cerveza para alimentarse, y los babilónicos elaboraron más de una docena de estilos diferentes de cerveza utilizando algunas variedades de granos y miel con el mismo fin. Sin la cerveza como alimento no hubiera sido posible los osados viajes de los griegos al conquistar lejanas tierras, ni el arribo de los vikingos a América algunos años antes que Cristóbal Colón.
La cerveza siguió siendo utilizada como alimento, o como ingrediente de lo que la gente comía por miles de años, sin embargo el término Cuisine à la Biére (Cocina a la Cerveza) se lo debemos a los franceses y a los belgas que hacia la segunda mitad del siglo XIX empezaron a hacer de las suyas. Recordemos que estos dos países se ubican precisamente en una de las regiones que reúnen los estilos culinarios y cerveceros más apasionados, sofisticados y variados del mundo. Debido al gran impacto que este estilo de cocina tuvo en la cultura europea, esta tendencia culinaria no podía contenerse por mucho tiempo dentro de esos límites geográficos, así que en pocos años era ya común que Chefs de países distantes exploraran con este ingrediente y propusieran sus propias recetas. Para el año 1960 un grupo de excelsos gastrónomos franceses fundó la Órden del Chope d’Or (Pichel de Oro) para fomentar el aprecio gastronómico por la cerveza. Por esos mismo años en Estados Unidos algunos Chefs europeos que arribaron a América empezaron a utilizar cerveza en algunos restaurantes, aunque se dice que el arribo definitivo de la Cuisine à la Bière a América se consolidó en 1984 en el Hotel Pierre de Nueva York donde cuatro Chefs belgas –con seis estrellas Michelin entre todos- prepararon un memorable almuerzo con diez tipos diferentes de cerveza.
La cerveza es utilizada para una gran variedad de fines: marinar, suavizar, glasear o rociar carne, baño María, hervir, como base para sopas, estofados, salsas y mostazas, para esponjar o fermentar los soufflés, las pastas y los pudines.
No debe resultarnos extraño que la cerveza en nuestros días se utilice no solamente para tomarse, sino que sea parte de los ingredientes de cientos de platillos alrededor del mundo. Al igual que el vino, el tequila, el vodka o cualquier otra bebida “espirtiuosa (nunca he sabido por qué les dicen así)” la cerveza es parte de una herencia cultural de miles de años de antigüedad.
Aquí muy cerquita, en San Diego, les recomiendo que vayan a Gordon Biersch, una cervecería que cuenta con restaurantes donde ofrecen una serie de propuestas donde combinan la cerveza de forma muy especial en todo tipo de platillos. Vayan y déjense llevar por lo que el mesero les recomiende, no se van a arrepentir. Recuerden que la cerveza, al igual que el vino, puede tomarse de a poquito al acompañar una comida, así que pueden darse el gusto de probar varios de los deliciosos estilos que ahí se elaboran sin necesidad de “empanzarse”.
He de confesarles que uno de mis platillos favoritos es facilísimo de hacer y se adapta perfectamente a ingredientes locales; me refiero a los mejillones al vapor…pero de cerveza. ¡Mmmmmm! Usen una cerveza obscura o, si es posible, una estilo Gueuze. Acompañen estos mejillones con cualquier cerveza estilo Stout –Guinness si se puede- y un pan tipo birote ¡y me invitan!
Los dejo no sin antes recordarles una vez más que el mundo de la cerveza no termina en la tienda de la esquina. Exploren, diviértanse, piérdanse en la diversidad.
Nos vemos el martes a las 8 de la noche en “La Junta de Mejoras” por la 940 Oldies. Si tienen computadora búsquenos en www.940oldies.com. Ahí te esperaremos el Cheve Meister Mariano y yo para pasarnos un buen rato entre buenas cervezas y buen rock.
Javier “Sunshine II” Sánchez, comunicólogo, publicista, rockero y devoto de Ninkasi “la diosa que alegra el corazón” . ¿Algún comentario? Escríbele a javier@doblearticulacion.com o visita el Blog www.chevestuff.blogspot.com
miércoles, 21 de abril de 2010
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Este artículo está buenísimo... voy a difundirlo
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