miércoles, 26 de enero de 2011

LA CERVEZA ARTESANAL Y BAJA CALIFORNIA


Por: Javier “Sunshine II” Sánchez




Discúlpenme por tener que recurrir a definiciones de otros lados, pero no encontré en México nada formal sobre este tema. Según The Brewers Association de Estados Unidos una cervecería artesanal americana es pequeña, independiente y tradicional. Es “Pequeña” porque produce anualmente menos de 6 millones de barriles. Es “Independiente” porque menos del 25% de la empresa pertenece a alguien que es miembro de la industria de las bebidas con alcohol y que no es él mismo un cervecero artesanal. Es “Tradicional” porque produce su cerveza sólo de malta o porque dividen su volumen producido en partes iguales entre sólo malta y cervezas con productos agregados siempre que éstos sirvan para enaltecer el sabor y no para suavizarlo (Si te interesa abundar sobre esto te recomiendo que consultes www.brewersassociation.org).  Lo que para mi resulta esencial es que deben ser cervecerías manejadas exclusivamente por la gente que hace la cerveza.
Evidentemente esto trastoca totalmente el concepto de hacer cerveza, ya que el concepto inicial, la razón primera para hacer cerveza es….¡hacer cerveza!  En este sentido los Home Brewers, o productores caseros de cerveza están del mismo lado de la raya (www.homebrewersassociation.org).
La cerveza artesanal es por naturaleza curiosa, inquieta, exploradora, no le teme a buscar y –sobre todo - a encontrar cosas que desconoce, siempre que lo lleven a encontrar una nueva experiencia sensorial. Es por esto que actualmente las cervezas de estas pequeñas fábricas son la punta de lanza que ha logrado descubrir muchos nuevos sabores que han cautivado al mercado de verdaderos amantes de la cerveza.
La cerveza originalmente era producida por las mujeres en las chozas de nuestros ancestros, y en algunas tribus sudamericanas todavía sucede igual. En una época todo mundo era Homebrewer y tenía su receta particular. En la actualidad aunque el mundo cervecero ha sido secuestrado por las inmensas macrocervecerías que controlan los cinco continentes, es alentador notar el gran auge que está teniendo la producción casera y artesanal. Resulta fácil localizar una o más Craft Breweries en muchos países y en regiones del mundo. Sin ir más lejos hace algunos días me encontré con la revitalizante noticia de que en la ciudad de Ensenada esta por efectuarse el Primer Festival de Cerveza Casera o Artesanal de Ensenada “Baja Beer Fest” (www.hbe.mx) el próximo 19 de marzo. En este festival participarán al menos once marcas locales prometiendo con ello ser toda una experiencia cervecera.  Las tres o cuatro marcas que he podido probar son una refrescante experiencia. Felicidades a los ensenadenses que una vez más ponen el ejemplo del tipo de vocaciones que deberíamos de estar fomentando en esta nuestra querida Baja California tal lejos de Dios y tan cerca de la Cuauhtémoc Moctezuma.
CERVEZA CASERA  DE MEXICALI, BAJA CALIFORNIA  
El “Nano” Camacho, entusiasta pisteador mexicalense ya medio harto de tanta mediocridad, decidió fabricar su propia cerveza llamada “Phat Cat” que, según los rumores, le quedó muy bien. Ese es el espíritu ¿no creen? Echémosle ganas y verán que encontraremos próximamente sorpresas que convertirán a esta región del país en un foco de atracción, de la misma forma que en Ensenada han empezado a hacerlo.
Siempre he lamentado el hecho de que siendo Mexicali la ciudad pionera en lo referente a la industria cervecera en todo el noroeste de México, no hemos avanzado absolutamente nada. Los pocos festivales organizados con la venia oficial que hacemos son burdas extensiones de lo que sucede todos los días en cualquier tarrería de esquina.
 ¿Tu qué cerveza nueva probaste esta semana?  Explora, diviértete, piérdete en la diversidad. Busca más allá de la tienda de la esquina.

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viernes, 21 de enero de 2011

REINHEITSGEBOT


Por: Javier “Sunshine II” Sánchez


¿Tienes idea qué tantas cosas contiene a la cerveza que te estás tomando? Lo más probable es que no. Cuando nos acomodamos con un tarro enfrente generalmente nos lo empinamos sin más y disfrutamos el momento. De cualquier manera sabemos que si nos hace daño podemos demandar al fabricante.
Desde que se inventó la primer cerveza, allá a fínales del neolítico las diferentes culturas la preparaban como les daba la gana, aunque siempre cuidando que sirviera como alimento y les alegrara el espíritu después de darse de mazazos con la tribu de al lado. Esto se repetía en diferentes partes del mundo en diferentes momentos con rutinas similares.
Muchos años después, cuando la última glaciación retrocedió convirtiendo a Europa en el continente fértil que conocemos hoy, empezaron a surgir las civilizaciones que derivarían en la impresionante gama de países que conocemos hoy. La elaboración de cerveza comenzó a concentrarse en el centro norte de Europa al grado de que todos los estilos que conocemos en el resto del mundo hoy en día salieron de ahí. Sin embargo esto no fue fácil.
Cuando la cerveza se transforma en un producto rentable, es decir, cuando empieza a generar algún tipo de utilidad para quienes lo fabricaban, sin importar que fueran asociaciones religiosas o civiles, echaron a volar su creatividad para captar y mantener su mercado. Las recetas fueron innumerables y los resultados fascinantes. Sin embargo nadie había fijado las reglas fundamentales de esto, nadie hasta que los meticulosos alemanes establecieron, escribieron y elevaron a nivel de ley cómo debería de fabricarse la cerveza en su país.
En 1516  el gobierno alemán estableció la Ley de Pureza de Baviera o Reinheitsgebot. Dicha ley decretaba que los únicos ingredientes que se podían utilizar para fabricar cerveza dentro de su país eran el agua, la malta (principalmente de cebada), el lúpulo y la levadura.  Bajo ninguna circunstancia debería de agregarse aditivo químico alguno, azúcar, arroz, maíz ni cebada sin maltear. Muchos aseguran que esta fue la primer ley de protección al consumidor que se implementó, ya que garantizaba a los bebedores la calidad de la cerveza que estaban consumiendo, sin embargo hay otros elementos que nos hacen dudar. Dicen algunos que a quien se protegía en realidad era a los granjeros quienes garantizaban con ello la venta de sus cosechas generando los impuestos tan importantes para la corte. También se dice que con la implementación de la ley de Pureza de Baviera se garantizó el consumo del lúpulo sembrado en la región y, en lo general, a la industria cervecera que se encontraba gran parte en manos de los nobles alemanes. No podemos perder de vista que bajo el mandato de la familia real de Baviera, los Wittelsbach, que rigieron desde 1180 hasta la Primera Guerra Mundial, la cerveza floreció  en el país como nunca antes trayendo grandes beneficios económicos a las arcas reales.  Se cree incluso que el duque Albrecht fundó la Cervecería de la Corte Real, Hofbräu-haus conocida ampliamente por las iniciales HB y de gran aceptación en nuestros días. Esta cervecería emblemática alemana pertenece actualmente al Estado.
Algunos otros países  han implementado regulaciones similares a las de la Reinheitsgebot, por ejemplo Finlandia y Noruega. Existen cervecerías que han convertido la Ley de Pureza de Baviera en toda una estrategia de mercado al sustentar su argumento principal de venta en ella.
En México estamos muy lejos de la sombra de esa ley, las grandes cervecerías han “tropicalizado” los sabores de las cervezas que venden suavizándolas – aunque no te lo digan - con otros ingredientes como arroz, maíz y vaya usted a saber qué más. Los sabores auténticos de los estilos de cervezas originales siguen perteneciendo a los Europeos.
Por último algo importante antes de retirarme del aire: el hecho de que una cerveza no esté elaborada bajo los principios de la Ley de Pureza de Baviera, no significa que sea una mala cerveza. De ninguna manera. Infinidad de cervezas en todo el mundo son elaboradas fuera de esta ley y son excelentes. En mi caso particular creo que lo que debemos de aprender como consumidores de este esfuerzo de los alemanes, es saber qué estamos tomando. Acostumbrarnos a preguntar qué contiene y cómo fue elaborada la cerveza que vamos a tomar. No quedarnos con la mera frase publicitaria que por lo general no nos dice nada al respecto.
 ¿Tu qué cerveza nueva probaste esta semana?  Explora, diviértete, piérdete en la diversidad. Busca más allá de la tienda de la esquina.

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jueves, 13 de enero de 2011

LA CERVEZA NO ENGORDA


Por: Javier “Sunshine II” Sánchez


No sé por qué no se ponen de acuerdo todos los doctores y nutriólogos de este mundo. Alguien está mintiéndonos y eso no se vale. La vida ya es lo suficientemente complicada como para que encima de ello nos confundan con informaciones contradictorias y evidentemente antagónicas sobre este tema que para muchos de nosotros es verdaderamente trascendental: tomar una cerveza.
El mes pasado apenas me pusieron en alerta sobre los peligros de tomar cerveza; la borrachera es lo de menos – según entendí –  lo que realmente erosiona nuestra salud se esconde en otros efectos destructivos que acometen contra nuestro corazón, hígado, riñones, aparato circulatorio, nervioso y hasta nuestra vida sexual.  Después de 13,000 años de existencia resulta que la cerveza es uno de los peores atentados contra nuestra salud.  Si va a tomar échese un destilado… tómese un vinito tinto”. Con esta frase dicha por mi docotr terminé de confundirme ya que el vino no es un destilado sino un fermentado, igual que la cerveza.
El alcohol, salvo su mejor opinión, es perjudicial en cualquiera de sus formas si se consume en exceso. Llámelo vino, cerveza, wisky, vodka, tequila, sotol o cómo quiera. El gran problema es qué entendemos por “en exceso”. Existen médicos que nos dirán que no le hagamos caso al colega que nos dijo que no podíamos tomar nada, y otros que nos dirán que si queremos vivir sanos nos alejemos de cualquier cerveza abierta. ¿Habrá manera de organizar un congreso sobre este tema?  Los borrachos lo agradeceríamos para tener una opinión unificada.
Toda esta perorata surgió de un artículo publicado en España esta semana en donde se asegura que la cerveza tiene efectos favorables para la salud. Me permitiré reproducir este artículo:


EN ESTUDIO MÉDICO REVELA QUE BEBERSE ENTRE DOS Y TRES VASOS POR DÍA NO SÓLO “NO ENGORDA”, SINO QUE REDUCE EL RIESGO DE DIABETES E HIPERTENSIÓN.
Los médicos Ramón Estruch, del Servicio de Medicina Interna del Hospital Clínic de Barcelona, y Rosa Lamuela, del departamento de Bromatología y Nutrición de la Universidad de Barcelona, han asegurado que el estudio que han elaborado demuestra que la cerveza, bebida con moderación y acompañada de una dieta saludable, no provoca aumento de la masa corporal ni acumulación de grasa en la cintura.
El estudio, en el que también ha participado el Instituto de Salud Carlos III, se ha realizado sobre una muestra de 1.249 hombres y mujeres mayores de 57 años, que por la edad tienen un mayor riesgo cardiovascular, ha confirmado la hipótesis de que la cerveza es saludable.
Según han indicado los autores del ensayo, las personas que han participado alimentándose con una dieta mediterránea, acompañada por cerveza en cantidades de entre un cuarto y medio litro por día, "no solo no han engordado, sino que en algunos casos han bajado de peso".
Así, la dosis recomendada por los médicos es de dos cañas diarias para las mujeres y de tres para los hombres, siempre con comidas equilibradas, y siempre que las personas realicen una vida normal, con algo de ejercicio.
Menos diabetes e hipertensión
La cerveza es una bebida fermentada que recibe las propiedades alimenticias de los cereales con que se produce, igual que el vino las de la uva, o la sidra las de la manzana, según ha explicado la doctora Lamuela.        
Esta bebida aporta una cantidad de ácido fólico, vitaminas, hierro y calcio mayor que otras y provocan un efecto "protector" sobre el sistema cardiovascular.
Los bebedores de cantidades "normales" de cerveza presentan una menor incidencia de diabetes mellitus e hipertensión, y un índice de masa corporal inferior.
Además, estas personas "manifestaron consumir una mayor cantidad de verduras, legumbres, pescado, cereales, aceite de oliva y realizar una mayor actividad física", ha indicado Estruch.
El patrón alimentario de los bebedores españoles "dista mucho del patrón del mundo anglosajón, donde impera el modelo Múnich, en el que se beben grandes cantidades, prácticamente sin moverse del sitio, comiendo patatas fritas y embutidos", ha indicado el médico.
La investigación también ha revelado que los participantes que bebían cerveza de forma moderada referían un consumo más elevado de proteínas y carbohidratos, incluida la fibra, que los no bebedores.”
Ojo, estos resultados están estrictamente relacionados con tres condiciones importantísimas:
A)   Un consumo moderado
B)    Una dieta saludable como la mediterránea (nada parecido a la nuestra).
C)   Ejercicio físico.

Ahí les dejo la información y mi reputación para que la hagan pedazos. Insisto, lo único que pido es que dejen de hacernos bolas.
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jueves, 6 de enero de 2011

CERVEZAS DE ABADÍA Y CERVEZAS TRAPENSES

Por: Javier “Sunshine II” Sánchez


Quién iba a pensarlo. Aquellos que alguna vez estuvieron a punto de terminar con la fabricación de cerveza en el mundo por considerarla pecaminosa, terminaron siendo quienes la salvaron de su extinción. Por supuesto hablo de la iglesia católica.
Monge Trapense en la Línea de Producción
Alguna vez ya platiqué de este asunto, así que no los voy a aburrir platicándoselos de nuevo, mejor métanse al blog chevestuff.blogspot.com y busquen el artículo “Los monjes trapenses y la cerveza”. Lo único que quiero retomar de ese texto es la frecuente confusión que genera el termino “cerveza de abadía” con el término “cerveza Trapense…o Trapista”, que para el caso es lo mismo. Por esta razón pretendo platicarles las diferencias fundamentales entre ambas cosas, esperando no hacerlos más bolas.
En efecto, ambos estilos tienen el mismo origen: los monjes católicos europeos de la Edad Media. Estos monjes de diferentes órdenes religiosas vivían –y todavía lo hacen muchos de ellos – en comunidades cerradas que producan gusrdarla eb toneles y barrileses alimenticias que el pan, duraba mucho tiempo mer con relativa velocidad por lo que no podían sus propios alimentos, ropajes, bebidas, calzado y todo lo necesario para vivir en oración. Como parte de ese proceso de supervivencia en una sociedad tan convulsionada como la del medievo, era necesario alimentarse por largos períodos sin salir o alejarse de sus conventos. La carne, las verduras, la fruta y hasta el pan se echaba a perder con relativa velocidad por lo que no podía almacenarse frescos más allá de unos cuantos días.  La cerveza, en cambio, además de mantener las mismas propiedades alimenticias que el pan, duraba mucho tiempo más. Podían guardarla en toneles y consumirla cuando era necesario sin peligro a enfermar. Esta es la misma razón por la que los exploradores terrestres y marinos de la época viajaban con provisiones importantes de cerveza. Cuentan algunas leyendas que una de las razones por las que los peregrinos tripulantes de celebre navío Mayflower se detuvo en las costas de Massachusetts fue porque se les terminó la cerveza y les quedaba poco con qué alimentarse.
Con el paso de los siglos, muchas congregaciones religiosas decidieron dejar de fabricar ellos mismos sus recetas de cerveza artesanal, sin embargo optaron por “rentar” su fórmula a fabricas externas que las siguieron fabricando  como medio de seguir financiando su operación. Estas cervezas son las que conocemos actualmente como “cervezas de abadía”.
"She may, or she may not, but with Chimay, She will"
Por otro lado algunos monasterios de la orden Trapista, originaria de Le Trappé, Francia, pero avecinada después en Bélgica y los países bajos mantuvieron en sus manos el proceso de fabricación. Esto da origen al término “Cervezas Trapenses” que conocemos hasta la fecha.  De estos monasterios solamente quedan siete en el mundo, seis de ellos en el sur de Bélgica y uno en el norte de Holanda. Las marcas son muy conocidas: Chimay, Westmalle, Orval, Rochefort, Westleveren y Achel en Bélgica y Le Trappe en Holanda.

Todas las cervezas de abadía y las trapenses son cervezas de fermentación alta (lo que conocemos como tipo Ale) con contenidos de alcohol que van de 6% al 12% APV y su color va del cobrizo al negro. Su sabor es muy pronunciado, tostado y amargo con espuma caramelizada.  Son excelentes acompañantes de quesos añejos y carne. La experiencia de tomar estas cervezas se asemeja a la de tomar buen vino rojo, ya que también cambian frecuentemente de aroma y sabor dependiendo del tiempo que tiene abierta la botella. Te recomiendo usar copas o vasos panzones con boca pequeña porque así disfrutarás al máximo de esta experiencia.
Así pues, no es lo mismo una cerveza que otra, aunque se parecen. No te pierdas el placer de tomarte alguna vez estos estilos de cerveza. Son verdaderamente espectaculares.
¿Tu qué cerveza nueva probaste esta semana?  Explora, diviértete, piérdete en la diversidad. Busca más allá de la tienda de la esquina.

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